en Florencia! Experiencia opuesta, pero que se complementaba y se fundía en nuestro corazón. A Florencia éramos nosotros los que llevábamos la música. En Florencia éramos nosotros los que nos derramábamos en el mundo como música y nos fundíamos en la luz. En Venecia sólo lamúsicapodíaderrotarlaapoteósicaagoníadela ciudad. En Florencia la urbe estaba excesivamente viva. Ascendía la vida del Arno con la luz o descendía de los olivos de San Miniato. Allí no había batallas