sobre unos juveniles labios violáceos. »¡Qué experiencia tan distinta de la que vivimos unas semanas después en Florencia! Experiencia opuesta, pero que se complementaba y se fundía en nuestro corazón. A Florencia éramos nosotros los que llevábamos la música. En Florencia éramos nosotros losquenosderramábamosenelmundocomo música y nos fundíamos en la luz. En Venecia sólo la música podía derrotar la apoteósica agonía de la ciudad. En Florencia la urbe estaba excesivamente viva. Ascendía
CAR:093.03
DERRAMAR - Dejar o hacer salir un líquido de su contenedor (normalmente, aplicado a la sangre y a las lágrimas)