candelabro de tres brazos en la mano--, para revisar los rincones de la casa, los restos de la rapiña. »¿Quién podía poner freno a aquel abuso? Como Peter, tú también estabas sola en el mundo y yo no teníaelmásmínimopoderlegalparaaliviarla situación. Lucía veía que aquello se derrumbaba, pero a pesar de su edad se negaba a la derrota. Ella insistió mucho, Francesca, en que lo último que habría hecho