elemento que te hizo callar, que extravió tu mirada. Un simple chaparrón había alterado el preciso mecanismo de tus nervios, de tu cerebro, de tu sensibilidad. Y pasaste de la normalidad al reino de lo sonámbulo, »Yo estaba obsesionado con que descansaras, así queabandonamoslaideadesalirdecasa,desalir de nosotros mismos, de la espiral de amor y sueños. Enrico y su mujer nos traían cada dos o tres días lo imprescindible y seguimos ahondando en aquel devorador