expresara de pronto semejante horror. "¡ Dios Santo --exclamó asustada--, de modo que todo aquello fue una revelación !" Sin embargo, tenía tantas rabias atrasadas la mañana del crimen, que siguió cebando a los perros con las vísceras de los otros conejos,sóloporamargarleeldesayunoaSantiago Nasar. En ésas estaban cuando el pueblo entero despertó con el bramido estremecedor del buque de vapor en que llegaba el obispo. La casa era un antiguo depósito