habitaciones estaban frías, así que los escasísimos inquilinos del balneario no hacían otra cosa que entrar y salir del salón para arrimarse a la chimenea de leña, que estaba bien alimentada y ardía con fuerza. Fue esta sensación de frío y de calor laquehizoqueJanoseacordaradePeter,desucada vez más extraño comportamiento, de su esquivez que no presagiaba nada bueno. Se acordó de él y de aquella extraña petición para que acudiera al atardecer a