Texto contextualizado: |
tantos nocturnos en vela fueron disolviendo, poco a poco, la tibieza placentera de las primeras horas de clase, la dulzura de aquellos ojos almendrados del fresco que bien podían haber pintado las manos de cualquiera de los dos hermanos Lorenzetti. Sí, desde luego fue el alcohol el que arrasó progresivamente tu recuerdo, el que me impidió regresar atrás para verte otra vez, para sentirme acaso herido de nuevo con la contemplación de tu encierro. El alcohol luchaba con la |
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