Nasar llevado del brazo por Cristo Bedoya entre los grupos que abandonaban el puerto, y no se atrevió a prevenirlo. "Se me aflojó la pasta", me dijo. Le dio una palmada en el hombro a cada uno, y los dejóseguir.Ellosapenasloadvirtieron,puescontinuaban abismados en las cuentas de la boda. La gente se dispersaba hacia la plaza en el mismo sentido que ellos. Era una multitud apretada, pero Escolástica Cisneros creyó observar