las seis de la tarde. Clotilde Armenta la abría a las 3.30 de la madrugada. Su marido, el buen don Rogelio de la Flor, se hacía cargo de la cantina hasta la hora de cerrar. Pero aquella noche hubo tantos clientes descarriados delaboda,queseacostópasadaslastressinhaber cerrado, y ya Clotilde Armenta estaba levantada más temprano que de costumbre, porque quería terminar antes de que llegara el obispo. Los hermanos Vicario entraron a las
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ACOSTARI - Poner el cuerpo en posición horizontal fundamentalmente para descansar o dormir