siempre. ¿Oyes?, así: Nonno... ¡Es tan fácil y me harías tan feliz! »Seguro, vamos ganando... Sí, ya sé, no me lo digas. Esa rendición puede ser una trampa. Ya se me haocurrido,peromientrastanto,avanzamos.Poreso estamos aquí, más abajo, en la montaña. Mira la ventana, ya no se ve el cielo más que sacando la cabeza. Eso de enfrente no son peñascos, sino casas. Sí, con