empeore. --Ya estás empezando a ser un hombre y tienes que saber distinguir... --replicó Carlos, condescendiente. --¡Yo nunca miento, Morgan! ¡Creeme! --Tú sabes que no es así, ella no desea ningún mal a tu abuelo. --Lojuropormihonor.¡Creeme,porfavor! El profesor negó en silencio y el niño aseguró, como en una ocasión análoga había hecho el propio Carlos, que se lo demostraría.