la tarde Carlos le dijo que su abuela quería verle. El negó con la cabeza, mirando el suelo, y fue entonces cuando le oyó recitar: «... de pronto su arma hundióse hacia adelante. Se oyó un grito de dolor. Las hierbas del sueloseinclinaron. No, no fue el viento lo que las curvó. Fue el peso de un cuerpo humano, el peso del cuerpo de Wilhelm Storitz, traspasado por el acero el Corazón.
TER:103.08
INCLINARI - Modificar la posición vertical u horizontal de un objeto