la fotografía en silencio y, cuando Carlos le preguntó qué le parecía, no contestó nada, pero cuando aseguró que tanto a él como a su madre les iban a gustar sus canciones, se levantó con violencia de la silla, que cayó al suelo con gran estrépito,ygritó: --¡Enterate de una vez: nunca iré a escucharte! ¡Y mi madre tampoco! ¡Nunca! Carlos se reclinó sobre el respaldo de su silla y emitió