abanicos, pistolas, con libros antiguos repletos de blasones. Todo era tan distinto del internado. Miguel no podía dejar de mirar con asombro a un lado y a otro, sin advertir siquiera sus propias toses. Sí las advirtió en cambio la abuela, que apretó su mano yexclamóDiosmío,quémalitoestás,rápidoala cama. Miguel miró la mano de la abuela y era pequeña y caliente, con la piel llena de manchas diminutas. El suelo del dormitorio era de madera vieja.
TER:006.12
EXCLAMAR - Decir o hablar con intensidad y vehemencia