el río y una exuberante vegetación cubre sus márgenes. Las casas coloniales se yerguen a la orilla, abandonadas muchas, todas barnizadas con el marfileño resplandor del pasado. Navegando entre islotes se llega al cementerio francés. Allí, en una revuelta delrío,hombresquefueronmiscompatriotasduermen en sus tumbas arropadas por el verdor del trópico. He vuelto destrozada de melancolía, embriagada de belleza. La hermosura de América me traspasa. Hay algo en ella que me espanta y
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DORMIR.1 - (Hacer) Entrar en un estado de reposo y suspensión de la conciencia