y, sobre todo, el Imperio chino. Los estudios de Etienne Balazs (La bureaucratie céleste, 1968) nos iluminan doblemente: por una parte, la prolongada dominación de los mandarines muestra que el régimen burocrático, contra lo queTrotskypensaba,noestransitorioyquepuededurar no decenios sino siglos y milenios; por otra, las diferencias entre el Imperio chino y la Unión Soviética son enormes y casi todas favorables al primero. Alain Besançon destaca la función privilegiada