los países asiáticos eran el teatro de las luchas y las ambiciones de las potencias europeas; ahora esos viejos pueblos han despertado, han dejado de ser objetos y se han convertido en sujetos de la historia. El primer aviso del cambio fue en 1904: en ese año losjaponesesderrotaronalosrusos.Desdeentoncesel fenómeno se ha manifestado en diversas formas políticas e ideológicas, de la no violencia de Gandhi al comunismo de Mao, de la democracia japonesa a la república