curita que se emocionó al comentar las palabras de Cristo en la cruz: «¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?» Pero Dios no había abandonado a su hijo, explicó el cura, ni tampoco a la Italia ocupada, aunque laestuvierancrucificandolosalemanes.Asíelviejose justificaba también: «No, tesoro, no te he abandonado, aunque lo parezca. Soy tu San Cristóbal y antes me hundiría contigo. Estoy a tu lado y ¡venceremos!»
SON:203.21
CRUCIFICAR - Maltratar, perjudicar, causar daño físico o moral a alguien