Andrea avanza hasta la cuna. Al ver sus talones el viejo se arriesga a mirar mejor. De espaldas, ella se inclina y arregla la ropa del niño con amorosos gestos, colocandole en una postura más cómoda.. Sí, los gestossonmaternales;elviejoseasombraaltener que reconocerlo: «¡Quién lo hubiera pensado!» Tres seres silenciosos, en la luminiscencia irreal de la ciudad nevada. Al fin Andrea besa suavemente al niño y