nube había abandonado el sol y volaba ahora hacia la torre más alta, detrás de la catedral. Otra vez el sol brilló con fuerza devolviendo el fulgor al agua, la suave claridad a los verdes de la ribera, el dorado esplendor a las piedras. --Vámonosacomer--dijoJulián--.Yluegoala plaza a tomar café. Vámonos... También era muy propio de Julián pasar de la seriedad a un estado de ligera alegría, de frivolidad, como