solo en esa bruscamente enorme cama. Las historias que me cuento son cualquier cosa pero casi siempre conmigo en el papel central, una especie de Walter Mitty porteño que se imagina en situaciones anómalas o estúpidas o de un intenso dramatismo muy trabajado para que el quesiguelahistoriasediviertaconelmelodrama o la cursilería o el humor que deliberadamente le pone el que la cuenta. Porque Walter Mitty suele tener también su lado Jekyll y Hyde, desde luego la literatura anglosajona