contra el peso que la aplastaba contra la paja del hangar, obstinándo en decir que no, que eso no tenía que pasar así entre gritos y paja podrida, resbaló una vez más al moviente estado en que todo fluía como creandose en el actodefluir,unhumogirandoensupropiocapullo que se abre y se enrosca en sí mismo, el ser en olas, en el trasvasarse indefinible que ya tantas veces la había mantenido en suspensión, alga o