a Belgrano, la ausencia de Germán era ya costumbre pero el auto le seguía doliendo cuando él se lo llevaba. Le había prometido otro para ella sola cuando se fusionaran las empresas, a ella se le escapaban esas cosas de negocios salvo que por lo visto todavía no se habían fusionado,alanocheiríaalcineconPerla, pediría un remise, cenarían en el centro, total el garage le pasaba la cuenta del remise a Germán, Carlitos estaba con una erupción en las piernas