, y el abuelo contestó con una blasfemia: «¡Me cago en, algún día lo verás!». Fue entonces cuando Miguel repitió con voz chistosa aquella blasfemia, ¡me cago en dios!, y el abuelo se echó a reír y parecía que se ahogaba. Reíatantoqueseleescapabanlaslágrimasy a punto estuvo de caerse de espaldas sobre la cama. Cuando por fin pudo hablar, prometió a su nieto que, en cuanto el médico lo permitiera, le dejaría asistir
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REÍR.1 - Manifestar alegría mediante determinados movimiento y ruidos realizados con la boca