no --dijo el penitente--. En este sentido somos supermodernos. Mi caso es excepcional. --¿Por qué? --quise saber. Miró a derecha e izquierda, como si temiera que alguien pudiera estarnos escuchando, se me acercó tantoqueunadelaschinchesquehabitabansu barba me saltó al mentón y dijo con voz casi inaudible: --Porque yo tengo relaciones con el Maligno. Capítulo vigesimotercero EL SUCUBO CANORO EL MONJE endemoniado se llevó el índice erecto