. Te fuiste lentamente, ya seguro, y con el primer sol dormíste como no habías dormido en mucho tiempo. Esa misma mañana miraste desde lejos: no lo habían borrado todavía. Volviste a mediodía: casi inconcebiblemente seguía ahí. La agitación en los suburbios(habíasescuchadolosnoticiosos)alejaba a las patrullas urbanas de su rutina; al anochecer volviste a verlo como tanta gente lo había visto a lo largo del día. Esperaste hasta las tres de la mañana