. Un acomodador me condujo hasta el palco, que era de los llamados balcones. Al entreabrir la puerta lo primero que vi fue a Daniela, vestida de dominó, comiendo chocolates. A su lado estaba Massey. Daniela mesonreíay,detrásdelantifaz,quenosequitó, como yo hubiera deseado, brillaban sus ojos. Me susurró: --Acercá una silla. --Estoy bien acá --le dije. Para no hacer ruido, me senté en la
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QUITARI.1a - Dejar de vestir [lo que se lleva puesto]