, el caparazón de un escarabajo y habiéndo asestado un golpe demoledor, se pulverizó la uña del dedo gordo del pie. Yo procuraba no hacerle demasiado caso y concentrarme en el asunto, porque si no presentábamos los cubos razonablemente llenosdeparásitoseldoctorSugrañesseibaaincomodar y no estaban mis relaciones con él en muy sólidos términos, cosa que me preocupaba sobremanera, porque estaba prevista para la semana entrante la retransmisión desde Buenos Aires, vía satélite,