Texto contextualizado: |
disgusto, y David se aburría y terminaba por pasar las hojas con desdeñosa furia. Otras veces aceptaban sus retos y después de dos advertencias, a la tercera, exactamente a la tercera, quedaba incorporado a la lista de castigados: media hora más de estudio. Pero eso daba igual, porque «ellos» habían entrado al fin en el juego y todo juego tenía unas reglas por las que se ganaba o se perdía. Además, una exaltación especial crecia en la clase cuando todos se iban y los |
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