coche con innecesaria violencia y cómo sus pasos decididos se perdían calle arriba, en dirección a su hogar. Capítulo decimosegundo DE LA VELEIDAD, O EL DESTINO CAMINABA yo muy concentrado en lo que hacía, en parte para alejar de mi mente la tristeza de que la separaciónlaibaimpregnandoyenparteparano tropezar con los cubos de basura que salpimentaban la acera, cuando recordé que todavía llevaba puesto el traje que don Plutarquete Pajarell me había prestado. Me detuve en
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IMPREGNAR - Llenar un cuerpo de moléculas de otro en cantidad perceptible [DCR]