No le habló de operar, pero a mí sí; se reserva esa carta, aunque le parece dudosa... Por cierto -añade ufana-, el profesor estuvo amabilísimo, acompañandonos hasta la puerta. Eso de que sea mi compañero de Universidad tiene su importancia. Andreaseretiraasumesa,insistiendoenque no comprende al abuelo, y Renato la adivina con esperanzas de que el viejo ahora retorne al pueblo para morir en su cama. Porque esta vez tampoco ha encajado