la venía arrastrando desde hacía varios años. Ahora, aprovechando su debilidad general, se había agudizado y el abuelo ya nunca podría volver a hablar como antes. A veces emitía breves sonidos guturales, como si tosiera, y Onésima tal vez pensó que intentaba decir algo,poresodispusoquetuvierasiemprea mano papel y lápiz para que expresara por escrito sus deseos. Él, sin embargo, jamás los utilizó para eso. Miguel se sentaba a su lado para ver