¿Él no se opuso? --No tenía por qué. Nunca dejó de quererla. La respetaba, la consideraba una persona de criterio. Retomó el relato: «El doctor Herrera se entregó al trabajo, porque era su pasión y también, lo confesó, porqueasíocupabasumente.Amedidaquepasaban los años, la ausencia de la mujer se le volvía más dolorosa. Se dijo que por mucho que la hubiera querido, mientras fueron felices no entendió cuánto la
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OCUPARI.5 - (Fig.) Preocupar, llamar [la atención de alguien]. Dar(le) que pensar