por toda la habitación, hasta que le descubrió debajo de la cama. «¿Qué haces ahí?». «Toma», le ordenó tendiendole un puñado de caramelos sugus, tres naranjas, varias barras de regaliz negro y un tazón con mermelada dealbaricoque.Fuedepositandolotodosobre la cama y, al final, observó con curiosidad a Miguel salir de debajo del somier con varios botes de cristal vacíos y un fajo de folios arrugados entre los brazos