podría estar fuera de la cama, sentado todo el día en un sillón si era necesario. Llegó a pensar que casi se alegraría de que luego le encontraran un defecto en la columna. El abuelo se enfadaría con el médico y le diría: «¿Qué pretendía usted: curaraminietoodejarlolisiadoparatodala vida?». Mientras reflexionaba de este modo, nada podía hacer sino volverse del lado que menos le doliera e intentar imaginar