trayendo una docena de magnolias que la abuela devoró en escasos segundos. Onésima hubo de bajar a la floristería para proveer la despensa de lirios, que, según explicó solemnemente la abuela, constituyen el más delicioso alimento del planeta, ya que fue lirios lo primero que AdányEvacomieronenelparaíso. Pero, sobre todo, prefería la variedad. Por eso les dictó una lista de las flores más sabrosas, entre las que no faltaban el dondiego, la borbonesa, la vincapervinca,