Texto contextualizado: |
la pantalla del televisor no habrá decolorado el iris de sus ojos y privado a éstos del estupor con que el cuerpo se defiende de las sombras exteriores a las que no quiere ser devuelto. No teme a sus pensamientos, erráticos o temblorosos, discontinuos, sino a todo cuanto se encuentra fuera del espacio luminoso que le aproxima al televisor, le mantiene dentro de las únicas vibraciones que alientan en una habitación solitaria como una tumba. A veces restriega sus manos una contra la |
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