le muestran el sombrío entorno que se revela alrededor del pálido resplandor proceden del interior de su cabeza y no de la luz que agoniza. Entonces se echa adelante, apoya una mano en el suelo y con la otra pulsa el interruptor del aparato. Lavueltaalaoscuridadleencogióelcorazón. Sentía que una fuerte congoja succionaba por dentro dejando una oquedad que se prolongaba hasta el estómago, y por allí desaparecía, presa del vértigo, la poca serenidad que lograba