y éste sorbió el agua ruidosamente. El ruido le produjo angustia y echó a correr por el pasillo; el agua continuaba bajando por las cañerías hasta las cloacas, a través de las paredes que él dejaba atrás a la carrera, y sólo cuando alcanzó la sala y dejódecorrervolvióelsilencio.Dentrodelpecho resonaba un jadeo que no pudo ahogar en sus labios. Volvió la vista al pasillo; el recuerdo de aquel sonido del agua vertiginosamente engullida le hacía