De verdad: me dais pena. ROSA.- Iré poniendo la mesa. (Deja sobre una silla cenicero, botellas y vasos. Va al aparador y saca mantel, servilletas y cubiertos que va poniendo en la mesa.) DIONISIO.-(Entretanto.)Noqueréisadmitirquela partida se ha perdido. El dinero es ya invencible y no permitirá rebeldías. Nos asesinará o nos comprará, pero no nos liberaremos. NÉSTOR.- ¿Qué pretendes entonces