, sin embargo, la ventaja que el factor sorpresa nos proporcionaba, ya que, apenas los cinco individuos se hubieron repuesto de su estupor, cambiaron entre sí truncas frases guturales, salieron pitando detrás de nosotros y nos dieron alcance en el cuartodelasherramientas,dondemehabíadetenido a buscar frenéticamente la vela que confianzudo había tirado por no estimarla ya necesaria y sin la que no me veía con ánimos de adentrarme de nuevo en el truculento túnel. Y