, dan fe de una historia única, singular. Quevedo, que vivió una decadencia y que era por lo tanto un gran perito en envidias y rencores, pone en boca de Escipión el Africano, vencedor de los cartagineses pero vencido por sus compatriotas, estas palabras arrogantes: Nadielloremiruinanimiestrago, pues será a mis cenizas, cuando muera, epitafio Anibal, urna Cartago.1 1. Aníbal era palabra aguda. El soneto de Quevedo nos da
TIE:031.36
LLORAR - Derramar lágrimas por cualquier causa: pena, dolor, alegría, rabia o similar