Las dificultades que hemos experimentado para implantar el régimen democrático es uno de los efectos, el más grave quizá, de nuestra incompleta y defectuosa modernización. Pero no nos equivocamos al escoger ese sistema de gobierno: con todos sus enormes defectos, es el mejorentretodoslosquehemosinventadoloshombres. Nos hemos equivocado, eso sí, en el método para llegar a ella, pues nos hemos limitado a imitar los modelos extranjeros. La tarea que espera a los latinoamericanos