espera. Consternado oyó, todavía lejana, la clamorosa sirena, y segundos después irrumpieron, estruendosamente, los camilleros. Cargaron el muerto y se lo llevaron entre dos filas de enfermos, que miraban con excesiva curiosidad y temor. Abreu, cabizbajo, cerrabaelbrevecortejo.Sedominóenel momento de salir, para anunciar: --Un ratito y vuelvo. No ha pasado nada. Absolutamente nada. A la media hora, cuando regresó, quedaba una señorita,
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DOMINARI - Tener el control o el dominio sobre una entidad