Solían reunirse de tarde en tarde, a dos o a tres o a cuatro, movidos por impulsos en los que parecía primar una casualidad histórica y llena de recuerdos; el de esa tarde, repentino y modélico, clausuraba un alejamiento propiodelamurriayladejadezqueacompañaban sus malas temporadas. En el taxi, escuchaba por la radio los comentarios del locutor de informativos sobre noticias que le resultaban tan poco espontáneas como sus expectativas ante el día que se avecinaba