No se los vio más. Desaparecieron. Dejaron de existir. ¿Entiende? --Creo que sí. Rugeroni soltó el picaporte y quedó inmóvil, mirando con estupor y mucha atención al maestro. Este reflexionó, sin malevolencia: «Tiene cara de rata. ¿Cómonolonotéantes?Lacaradeunaratalimpia, pecosa y pelirroja. Además, qué dentadura.» En voz alta preguntó: --¿Ve esa chimenea en el horizonte? --Tomó a