, me dolía la garganta, estaba engripado. En el mostrador me vi rodeado de parroquianos, sin duda campesinos, que me miraban de reojo, hablaban entre ellos y no ocultaban ocasionales risotadas. «Estos son los hombres sabiosdeltango»,pensé.Lespedíconsejosparamanejar mi coche, a través de la tormenta de nieve, por la montaña. Creo que nadie me contestó. Recordé historias contadas por mi padre, de cómo nuestros gauchos se mofaban de
HIS:042.06
MANEJAR.3 - Usar [un vehículo] haciendo que marche