empiezan a encenderse las farolas del Village y me pongo a escribirte. No te duermas, no renuncies, no te quedes. Será maravilloso vivir juntos en Nueva York, encontrarnos en casa al fin de la jornada y contarnos lo que hemos aprendido,aceptadoonegadoduranteeldía.Yluego correr juntos a la calle, descubrir un ritmo nuevo, un palpitar distinto en la ciudad. Cada día cambia el color del aire, el rumor de la