cariño y dureza al mismo tiempo, sin querer insistir, temiendo acaso averiguar la causa de su agitada irrupción en el cuarto. David no podía soportar por más tiempo la ansiedad y la zozobra de la duda. --No soy un bebé --dijo entrecortadamente--. Ya sé cómonacenlosbebésyloentiendo,peroquieroque tú me digas, que me expliques, cómo llegan ahí... Señalaba el vientre de la madre, y sin saber por qué le vino a la memoria un fragmento del Avemaría: Bendito