, había apostillado: «La situación no va a mejorar nunca.» Era una palabra terrible, la situación. Gravitaba sobre ellos con su amenaza, se cernía sobre el mundo con su negra cualidad de tormenta; mal, muy mal la situación. Estallaríaundíaoquizámejoraríacomoesperaba el padre, quizá se disipara dejandoles vivir en movimiento: exploraciones, viajes, aventuras. Porque estaba claro que aquella palabra tenía un contenido estático. Derivaciones menos agresivas flotaban